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FRATERNIDAD TEMPLARIA

La crisis, los bancos y los templarios

La crisis, los bancos y los templarios

La crisis actual, debida principalmente a la banca, internacional y nacional, por su desbordada ambición usurera, me hace pensar en nuestros hermanos templarios, cuando se convirtieron en la Banca Mundial de Occidente, allí en el Medievo.

La Orden no inventó el sistema económico bancario, es verdad, pero lo modificó de manera que desde el Humanismo Cristiano que ellos propugnaban y defendían, se pudieran beneficiar todos, incluyendo a la propia Orden templaria. Para ello, actuaban como bancos, prestando el dinero necesario a los reyes y príncipes, nobles, empresarios e incluso al Pueblo y órdenes religiosas, pero desde una perspectiva cristiana, evitando la usura, evitando el enriquecimiento egoísta, evitando que con sus ganarías los demás se arruinarán.

Para ellos, la Banca no era el gran negocio, más aún, lo tomaban como un servicio más a la sociedad, un servicio necesario, por ejemplo inventando el pagaré o carta de pago de manera que un empresario podía recorrer los caminos de la vieja Europa, infestados de ladrones y maleantes (y de nobles sin escrúpulos morales) sin cargar ni una moneda de plata, porque en cualquier encomienda templaria podían recoger sus ahorros, evitando el peligro de robo o muerte.

Hoy esto no es posible porque los banqueros no sólo tienen el dinero, sino el poder de las grandes empresas, de los sectores estratégicos, de los políticos con los que juegan como si fuera el Monopoli; sin que atisbe ni un pequeño resquicio de humanidad, de servicio a la sociedad; de amor a los demás.

Dinero y Poder, el lenguaje de la sociedad actual, del político (que es como el noble medieval) y del banquero. Frente a esta vergonzosa actitud tenemos el espíritu templario de nuestros hermanos, que aún se mantiene en algunos, en minúsculas Encomiendas personales que, con la Energía de los Pobres Caballeros de Cristo, intenta cambiar el mundo para hacerlo un poco mejor.

Non nobis domine, non nobis, sed nomine tua da gloriam 

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